A finales de la década de 1920, los líderes de la Iglesia Swedenborgian imaginaron un lugar de exquisita belleza en un acantilado costero donde los caminantes pudieran detenerse, descansar y dar gracias. Este sueño tardaría más de veinte años en hacerse realidad, en última instancia de la mano del arquitecto y paisajista Lloyd Wright. Su visión de una "capilla arbórea" coincidía con el énfasis sueco en la armonía entre el mundo natural de Dios y el mundo interior de la mente y el espíritu. La primera piedra se colocó en 1949, la capilla se terminó en 1951, y el campanario, la columnata, el edificio anexo y el paisaje diseñado se completaron unos años más tarde.

Poco después de la construcción, se descubrió un antiguo corrimiento de tierras que provocaba un movimiento limitado del terreno bajo la capilla, de apenas unos centímetros al año. En 2023, el deslizamiento empezó a moverse a una velocidad alarmante y sin precedentes, lo que provocó que el revestimiento de piedra y cristal de la capilla se agrietara y que la tierra se combara bajo ella. En mayo de 2024, cuando la tierra se movía entre 15 y 20 centímetros por semana, un equipo de arquitectos, ingenieros y contratistas se movilizó para desmontar la capilla tal y como se había montado, pieza a pieza, documentando y etiquetando cada una de ellas para garantizar un montaje correcto.

El futuro de la capilla sigue siendo esperanzador, ya que la dirección de Wayfarer trabaja para conseguir un nuevo emplazamiento donde reconstruirla. El desmontaje de la capilla es un caso práctico de conservación ante un desastre climático inmediato.

Katie Horak es directora de Architectural Resources Group, la empresa que supervisa el desmontaje y traslado de la capilla a un lugar seguro. ARG ha estado trabajando con el liderazgo de la Capilla durante casi una década, comenzando con la preparación de un Informe de Estructuras Históricas en 2015 para guiar la preservación y el mantenimiento del complejo. En 2018, ARG inició el proceso de nominación para que la Capilla Wayfarers se convirtiera en un Monumento Histórico Nacional (NHL), un proceso que se completó en 2023. La amplia experiencia de ARG con la Capilla les ha permitido gestionar de manera eficiente y eficaz las complejidades de este proyecto.

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