Haga clic AQUÍ para adquirir una entrada "Black Mountain College All Inclusive" que le permitirá asistir a las 5 presentaciones del BMC y a 1 taller, con almuerzo incluido, por .

El legado del Black Mountain College (BMC) sigue vivo a través de la obra de los conocidos artistas e intérpretes que estudiaron y enseñaron allí durante sus 23 años de historia. La historiadora de la arquitectura Katie Horak y Dominika Tylcz, ayudante de conservación del Museo de Arte Moderno, examinan las vidas de dos mujeres artistas que estudiaron en el BMC en la década de 1940, las singulares circunstancias que las llevaron allí y los caminos que trazaron como artistas productivas en activo.

Jane Slater Marquis llegó al BMC en 1940 procedente de Ogden, Utah, con el deseo de estudiar escritura creativa y poesía. Sus clases con Josef Albers la inspiraron a cambiar de rumbo y se licenció en Arte en 1945. Marquis se trasladó a Los Ángeles, se casó con un compañero del BMC y comenzó una carrera de 70 años como artista en activo, primero en diseño gráfico y finalmente en vidrieras. Marquis realizó cientos de vidrieras, desde pequeñas obras residenciales hasta grandes encargos para arquitectos famosos, como Charles Moore.

En 1946, Ruth Asawa llegó al BMC procedente de Milwaukee, donde había pasado cuatro años estudiando para convertirse en profesora de arte, un plan que nunca llegó a materializarse debido al sentimiento antijaponés en el Wisconsin de posguerra. En el BMC, la inspiradora presencia de artistas en activo influyó en su decisión de convertirse ella misma en artista. En las clases de Josef Albers, Asawa descubrió ideas y métodos que la ocuparían el resto de sus seis décadas de carrera. En 1949 se trasladó a San Francisco, se casó con un compañero del BMC y construyó una vida centrada en la práctica y la promoción de las artes. Su práctica multidisciplinar desafía las distinciones entre las bellas artes, la artesanía y el diseño, como se ve en la historia de sus primeros grabados realizados en Black Mountain.